La única biomasa explotada actualmente para fines energéticos es la de los bosques, pero el recurso sistemático de la biomasa de los bosques para cubrir la demanda energética sólo puede constituir una opción razonable en países donde la densidad territorial de dicha demanda sea baja. En España sólo es razonable contemplar el aprovechamiento energético de los residuos de la industria de la madera y de las explotaciones forestales.
En cuanto a los residuos agrícolas y deyecciones y camas de ganado, diremos que constituyen otra fuente importante de bioenergía, aunque no siempre sea razonable darles este tipo de utilidad. En España sólo parece recomendable el uso a tal fin de la paja de los cereales en los casos en que el retirarla del campo no afecte apreciablemente a la fertilidad del suelo, y de las deyecciones y camas del ganado cuando el no utilizarlas sistemáticamente como estiércol no perjudique las productividades agrícolas.
Por último en cuanto a los cultivos energéticos, aunque su conveniencia está siendo muy discutida, tanto por su dudosa rentabilidad, como por su competencia con cultivos destinados a otros fines, sin embargo, son muy interesantes en general, los cultivos acuáticos y en particular los de ciertas algas microscópicas como es el caso de la unicelular botryococcus braunii.
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